5 reglas para disfrutar del Jiu jitsu hasta los 95.
Rener y Ryron Gracie han sido profesores de la academia Gracie desde que eran muy jóvenes, 18 y 20 años respectivamente, y han podido ver a la gran cantidad de personas que dejan el Jiu-jitsu. Ellos nos hablan sobre las razones detrás de esto, y cuál es la edad más común en que los alumnos o profesores dejan el Jiu-jitsu. Por este motivo, Rener y Ryron nos traen las 5 reglas para entrenar Jiu-jitsu a los 40 años o más.
CONOCE LOS CINTURONES «NATURALES»
John Boyd, cinturón negro y amigo de Rener y Ryron, comenzó a entrenar Jiu-jitsu a los 40 años hasta los 65. Un día, le dijo a Rener que había rolado con un practicante cinturón azul de 22 años, que pesaba 100 kilos; John estaba bordeando los 50 años, pesaba 72 kilos y no pudo finalizarlo. John no se explicaba cómo era posible que él, siendo cinturón negro, no pudiera ganarle a un cinturón azul, a lo que Rener respondió que se debía a los cinturones “naturales”. Tanto en Jiu-jitsu como en la gran mayoría de deportes, la talla, el peso y la edad son factores importantes, y que alguien que sea más grande, más pesado y más joven tendría cierta ventaja natural. Rener afirma que cada 20 libras (9 kg) equivale a un cinturón y cada 10 años equivale también a un cinturón. Pasándolo en limpio, si John, cinturón negro de 160 lbs, pelease con alguien que fuera cinturón azul de aproximadamente la misma edad que John, pero que pesase 220 lb, serian 3 cinturones de ventaja: el azul se convierte en morado, el morado en marrón y el marrón en negro. Entonces, alguien que es cinturón azul en 220 lbs, para John es un cinturón negro en 160 lbs, asumiendo que tienen la misma edad.
Inclusive para Rener y Ryron esto se complica cuando llega algún alumno que pesa alrededor de 130 kg o que practica futbol americano u otro deporte, sea policía o soldado, sin ningún conocimiento previo de Jiu-jitsu, les toma alrededor de 8 minutos o más para someterlo. En una pelea entre Rener y Ryron, este es el mismo tiempo que a ellos les demora someterse el uno al otro normalmente. Un ejemplo claro fue la pelea de Royce Gracie vs Dan Severn. Dan no tenía conocimiento alguno de Jiu-jitsu,
nunca había entrenado algo parecido ni sabía hacer siquiera un mata león, una guillotina o una palanca, pero a Royce le tomo 15 minutos someterlo. ¿Por qué? Porque Dan pesaba 270 lbs (122 kg) y Royce 170 (72 kilos), 100 lbs (45 kg) de diferencia, que según los cinturones naturales, sería el equivalente a un cinturón negro para Royce.
Incluso entre los cinturones negros se reconoce el sistema de cinturones naturales, que quiere decir que alguien que es más joven, más fuerte o más pesado, tiene una ventaja natural a lo que mucha gente podría pensar: “Eso es una locura, porque pensé que el Jiu-jitsu era bueno contra gente de todos los tamaños”. Y ese es exactamente el punto. Nosotros entrenamos para neutralizar a los cinturones naturales de la sociedad. No por ser cinturón negro vamos a derrotar a un cinturón azul que es 40 años menor, deberíamos sentirnos muy bien con el solo hecho de pelear sin que nos haga tapear.
PASA LA GUARDIA
“Pasar la guardia”, no de manera literal. Rener explica que en la familia Gracie, todos saben que un día, el hijo derrotará al padre y el alumno derrotara al maestro. Los estudiantes que son menos hábiles y que tengan menos conocimiento en el presente, serán sus “hijos del Jiu-jitsu” en el futuro. Estos alumnos mejoran en técnica y en acondicionamiento físico, llegando a un punto en el cual los roles se invierten: el maestro va envejeciendo y ya no es tan fuerte o flexible como antes, pero la técnica continúa siendo igual de buena; sin embargo, los más jóvenes mejoran mucho más rápido, porque entrenan arduamente a diario y tienen la energía suficiente para una rápida evolución.
En la familia Gracie esto es lo que ocurre normalmente. El padre derrota al hijo por muchos años. Con el paso del tiempo, los hijos se vuelven lo suficientemente buenos, los padres envejecen, y los papeles se invierten. Eso es pasar la guardia.
Aceptar la regla número 2, es el segundo factor crítico para una larga vida llena de Jiu-jitsu. Ahora bien, imaginemos que un profesor no acepte que sus alumnos en algún momento lo harán tapear. ¿Qué pasara cuando este momento inevitablemente llegue? Dejará el Jiu-jitsu porque este ya no cumple sus expectativas. Es poco realista esperar derrotar a un nuevo estudiante siempre, ya que en algún momento el estudiante mejorara y hará tapear a su maestro, y nuestra relación con el Jiu-jitsu se deteriorará, porque consideraremos que el Jiu-jitsu, del que nos sentíamos tan orgullosos, nos ha fallado.
Esta es la historia de muchos instructores y alumnos cinturones negro, pero esto es algo de lo que no deben preocuparse mucho y dejar que los más jóvenes pasen su guardia literalmente antes de que lo hagan simbólicamente. De tal manera, se van familiarizando con la idea de que alguien que era fácil de someter ahora ha mejorado, y por un proceso natural, se vuelven mejores que ellos.
RECONOCER EL EGO
Todos recordamos nuestro primer día de entrenamiento; y aunque nos gustó, no podemos negar que en nuestras primeras peleas todos nos hacían tapear. Ahora, esto pasa por algún tiempo más hasta que vamos mejorando; luego, llega un momento en que ya no tapeamos y que somos nosotros quienes hacemos tapear al resto. La pregunta es: ¿Por cuánto tiempo creemos que esto va a continuar? Es antinatural pensar que esto será para siempre, y cuando ya no sea así, pensaremos que nos estamos fallando a nosotros mismos porque ya no podremos derrotar a los que siempre habíamos derrotado, y esta es la razón por la cual dejaremos de entrenar: el ego. Pensaremos que nuestro Jiu-jitsu está empeorando, lo cual no es cierto, porque solo lo vemos desde nuestro punto de vista. Deberíamos también pensar, que alguien a quien derrotabamos con facilidad cuando tenía 14 años, ahora a sus 27, nos es imposible hacerlo, porque ha entrenado y mejorado.
Recordemos que el Jiujitsu no es simplemente una herramienta para ganar competencias, es un estilo de vida, un viaje. Las cosas que más importan no deben estar a merced de las cosas que importan menos. Y, ¿qué es lo que más importa? El tener una vida llena de Jiu-jitsu y todas las cosas buenas dentro y fuera del tatami;todo es mejor con Jiu-jitsu, y lo que menos importa es que alguien a quien derrotabas antes con facilidad ahora te derrote a ti. Y si esto ocurre, ¿a quién le importa? Lo mejor es reconocer nuestro ego tempranamente, para que, cuando ya no cumplamos nuestras propias expectativas, simplemente terminemos abruptamente nuestro viaje en el Jiu-jitsu.
RESPETA LA MONTAÑA RUSA
Rener considera que todos los cinturones negros comparten una misma actitud hacia el Jiu-jitsu. En la vida siempre ocurren cosas nuevas para mejor o peor, algunas nos alejaran del Jiu-jitsu. Por ejemplo: un accidente laboral, mudarse, conseguir un mejor trabajo en otro lugar, formar una familia, etc. Hay instructores y estudiantes que luego de una operación a la rodilla no pueden entrenar por 6 meses, pero siempre van a la academia a ver las clases y tomar notas a un lado del tatami, ven videos, y la energía
está ahí acumulada; entonces, tan pronto el médico les dice que pueden entrenar, a la mañana siguiente son los primeros en entrar a la academia y empezar a calentar.
Por otro lado, cuando alguien con un cinturón menor empieza a pasar tu guardia, o no lo puedes hacer tapear como antes, es más fácil retirarse cuando algún problema en nuestra vida ocurre, pues diremos que nos retiraremos por un tiempo hasta sentirnos mejor de nuestro “dolor de espalda”, pero la verdad será que no queremos afrontar el hecho de que otros están mejorando más rápido que nosotros. Este es el momento cuando algo que importa menos cobra más importancia que lo más importante.
Esto también se aplica a los instructores cuando dicen “¡Hey, tu eres cinturón negro y aquel cinturón morado acaba de pasar tu guardia! ¿Qué pasa contigo?”. Hay instructores que le dan demasiada importancia al cinturón, que creen que aunque seas un cinturón negro con algo de edad y un poco fuera de forma, igual deberías derrotar a todos los cinturones morados de 25 años, o de lo contrario, ni siquiera vale la pena que te pares sobre el tatami. En consecuencia, cuando estos alumnos sufren una pequeña lesión o se mudan a un lugar apenas un poco más alejado, ya no querrán hacer el esfuerzo extra de ir a entrenar, porque ya tienen una excusa, pero la verdadera razón es que están siendo mentalmente maltratados por sus instructores. La verdad es que quien quiere entrenar, hace tiempo para entrenar.
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El Gran Maestro Helio Gracie entrenó hasta los 95 años y a esta edad él no sometía, pasaba guardia o barría a nadie. A los 95 años, normalmente, llamaba a alguien de unos 30 años y algo más pesado con una sonrisa en el rostro para que lo montara y le decía “ataca”. Él solo se defendía con las manos de los ataques de una montada completa. Luego de un minuto decía “ok, baja”. En su mente, Helio había ganado, porque tenía 95 años y su oponente 60 años menos, en fuerza y condición física era por mucho superior comparado con Helio Gracie. Ahora, imaginen que Helio a los 95 esperase un desempeño igual que cuando tenía 25 años, sometiendo a todos, estrangulando a sus alumnos, retando a todo Brasil con que quien pudiera someterlo ganaría 10 mil Cruzeiros. ¿Hubiera podido seguir entrenando? La respuesta es no.
Sobrevivencia es el núcleo de todo para el Gran Maestro Helio. Desde que empezó a entrenar, su única preocupación fue sobrevivir para aprender. Luego, defender su arte contra otros, y luego, cuando se retiró de la lucha profesional estaba en el tatami compartiendo sus conocimientos. En todos estos estadios de su vida, Helio puso la sobrevivencia primero; esta es la razón por la que pudo entrenar hasta los 95 años
Jiujitsu es sobrevivencia, no es atacar, ni defender, ni someter. Entendiendo esto evitaremos que el Jiujitsu nos acabe sometiendo a nosotros. La mayoría de practicantes cree que el Jiujitsu es hacer tapear, hacer palancas de brazo, ser veloz y explosivo, pero eventualmente ese pensamiento y concepción del Jiujitsu acabará por limitarnos cuando tengamos 40, 50 o más años. El día va a llegar para todos cuando queramos dejar de entrenar. Sin embargo, si seguimos estas reglas tendremos una larga vida llena de Jiujitsu.
Un agradecimiento muy especial a Roger Daga, que nos ayudo con la adaptacion y traduccion, el es Maestro de Ingles y jiu-jitsero. kero.roger@gmail.com
Fotografia – Cesar Borrayo / Pasando Guardia