LA VERDADERA HISTORIA DE LA PELEA DEL SIGLO SE REVELA 62 AÑOS DESPUES.
Por Carlos Lemus.
Si estuviera vivo hoy, el Gran Maestro Hélio Gracie ya habría celebrado su centésimo cumpleaños. Así que he decidido escribir un artículo basado en mi propia investigación para ponerle fin al dilema que ha permeado la comunidad de artes marciales por los últimos 62 años, desde que el Gran Maestro Hélio Gracie peleó contra el mejor luchador del mundo por aquellos tiempos, tal vez uno de los mejores de todos los tiempos y muy probablemente el más grande campeón que Japón ha producido: Masahiko Kimura. Derrotó el judo al jiu-jitsu?
La historia comienza con el recientemente fundado “Kodokan judo” (un par de décadas atrás), que recibe noticias de una familia de luchadores en Sudamérica que se denominaban maestros del jiu-jitsu. Esta familia iba ganando notoriedad en el mundo de las luchas con los “retos de vale tudo”, derrotando uno por uno a cualquier artista marcial que pusiera a prueba sus habilidades de lucha contra el arte misterioso de los Gracie. Así, los Gracie se convirtieron en una sensación internacional.
¿Cómo es posible? ¿Cómo pudo esta familia de “Gaijins” o “forasteros” haber aprendido y dominado el arte extinto de los guerreros japoneses, de los samurái?
Fue por esto que los japoneses decidieron “verificar” la autenticidad de las declaraciones de los Gracie enviando delegaciones para “poner a prueba” los hechos que habían sido reportados.
¡Cada una de las delegaciones de luchadores enviada a Brasil para desmitificar a los Gracie fracasó! Los Gracie enviaron de regreso a los emisarios japoneses con nada más que derrotas y algunos empates. Finalmente, tras la victoria del más joven de los Gracie, Hélio, ante el número dos del mundo, Yukio Kato, por medio de un devastador cross-choke (la sumisión favorita de Hélio), los japoneses decidieron que era suficiente y que era hora de restablecer su hegemonía y tradición sobre la lona. Era el momento de Masahiko Kimura, el mejor luchador de todo Japón.
Una vez que Kimura hubo reanimado a su compatriota Yukio Kato, quien se rehusó a rendirse y quedó inconsciente por el ahorque de Hélio, retó públicamente a los Gracie a una lucha bajo las mismas reglas. “Sin golpes y sin puntos, solo grappling hasta que alguien someta al otro o alguna esquina tire la toalla”.
Kimura, consciente de su ventaja por edad y cerca de 80 libras más pesado que Hélio, declaró: “Si Hélio sobrevive contra mí por más de tres minutos, debería ser declarado ganador”.
La pelea ocurrió el 23 de octubre de 1951 en un estadio Maracaná totalmente lleno, en Río de Janeiro. A este evento asistieron algunos de los miembros más importantes de la sociedad brasileña, incluyendo al Presidente de Brasil, junto con la prensa local y japonesa.
Después de 13 pesados y agotadores minutos de pelea, Kimura alcanza finalmente el brazo de Hélio, pero esta vez, la tercera, Hélio no tiene mucho combustible en su tanque para defenderse y Kimura aplica su finalización favorita, una llave al hombro. Carlos Gracie Sr., quien fue maestro de
Hélio y quien se encontraba en su esquina, lanzó la toalla, pues sabía que Hélio no iba a rendirse. Así, un impresionado Kimura declaró a Hélio como “el campeón”, pero Hélio rechazó ese título. Asimismo, asombrado por las habilidades de los Gracie, invitó a Hélio a enseñar en la Universidad de Artes Marciales más prestigiosa de Japón, pero nuevamente recibió un “no” como respuesta.
La llave de hombro utilizada en aquella pelea recibe el nombre de “Kimura” en el jiu-jitsu actual, como un homenaje al peleador japonés que la aplicó a Hélio en aquella batalla memorable.
Para los brasileños, debido a su tenacidad, valentía y habilidad, Hélio Gracie fue sin duda alguna el “ganador moral”, y creo que para Kimura también lo fue. Sin embargo, debido a la controversia generada por la pelea, muchas personas fuera de Brasil han especulado que no solo fue Hélio Gracie quien perdió contra Masahiko Kimura, sino que fue también el jiu-jitsu quien perdió contra el judo. Esta cuestión ha sobrevivido por los últimos 62 años.
Hoy he decidido develar la verdad con mi propia investigación para resolver este asunto de una vez por todas.
El jiu-jitsu nunca perdió contra el judo. Hélio perdió con Kimura, sí, todo el mundo lo sabe, pero lo que la gente no sabe es que Kimura no era un estudiante de Jigoro Kano (fundador del judo, quien, por cierto, fue también un maestro de jiu-jitsu) ni de ninguno de los representantes del judo de Kano; en efecto, Kimura fue alumno de un rival de los métodos del judo fundado por Kano, alumno de un hombre que luchó en varias ocasiones contra los mejores estudiantes de Kano para probar la eficacia del arte samurái de la vieja escuela, el jiu-jitsu, un hombre llamado Tatsukuma Ushijima.
Ushijima, como Kimura, nació en Kumamoto, al oeste de Japón. Fue campeón japonés de judo en 1931 y 1932, que era la única modalidad de combate de grappling en Japón en aquella época. De hecho, las peleas de judo en aquellas épocas, como nuestras peleas de jiu-jitsu en la actualidad, duraban diez minutos y estaban permitidas muchas de las llaves y los ahorques, a diferencia del judo deportivo de hoy en día, en que el trabajo en el suelo es limitado y muchos de los ahorques y llaves, prohibidos. Algunas de las peleas de aquellos días tenían reglas antiguas del jiu-jitsu: “sin puntos, sin límite de tiempo y victoria solo por sumisión”.
Ushijima era muy conocido por sus métodos supernaturales de entrenamiento, que incluían 1000 flexiones y nueve horas de entrenamiento a diario. Muchas veces, como Kimura, Ushijima se aislaba durante sus campamentos de entrenamiento y adoptaba una vida ascética, para regresar a la civilización a poner a prueba sus habilidades contra otras academias.
Las habilidades de Ushijima en el suelo eran lo que lo identificaban, lo cual corrobora sus antecedentes en el jiu-jitsu, a diferencia de Jigoro Kano, quien se dedicó a formar un sistema (judo) basado en un 70% en la lucha de pie (“tachi-waza”) y solo un 30% en el suelo (newaza).
El régimen de entrenamiento de Ushijima era tan fuerte que una vez estuvo cerca de morir en una de sus sesiones de entrenamiento y, eventualmente, este evento llevó a su retiro prematuro de las luchas.
Este artículo es mi homenaje al genio del ya fallecido Gran maestro Hélio Gracie, quien nos dejó en el 2009. El Gran Maestro Hélio no solamente fue el luchador más importante de Brasil en su tiempo, sino tal vez también uno de los más grandes de todos los tiempos. Además, fue responsable, junto con su hermano mayor y mentor, el Gran Maestro Carlos Gracie Sr., de la proliferación y modernización, así como mejoras, de la forma rudimentaria de lucha practicada por los samuráis, llamada “jiu-jitsu”. Hoy, después de casi 100 años del refinamiento de este arte en suelo brasileño, lo llamamos “brazilian jiu-jitsu” o “Gracie jiu-jitsu”.
Maestro Hélio, gracias por el regalo que nos dio a todos nosotros, por los sacrificios que hizo para legarnos este presente. Usted nunca perdió contra un Gran Maestro del judo, su pelea contra Kimura no fue una pelea de un judoka contra un exponente del jiu-jitsu. Aunque Kimura peleó por la bandera del judo, aquella pelea fue luchada por dos practicantes de jiu-jitsu, los mejores en cada uno de sus mundos; un Gran Maestro realmente liviano y el otro, realmente pesado. Sin embargo, como usted lo dijo: “No me importa si pierdo, o si muero. Solo quiero ver qué tan lejos puede llevarme mi jiu-jitsu contra el mejor del mundo”. El resto es historia. Adiós, Maestro Hélio y una vez más, MUCHAS GRACIAS.
Escrito por Carlos Lemus Jr. en gbdownersgrove.com
Traduccion y adaptacion Carlos Krapp / Pasando Guardia