EL JIUJITSU SE HA VUELTO EN CONTRA DE SI.

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Por Andrés Borges. para Flograppling

Traducido e Interpretado por: Patricio Reyes Vergara.

Parece ser un tema recurrente en el medio del jiu jitsu, especialmente desde bocas de los más tradicionalistas, en como el jiujitsu ha cambiado con el paso de un par de años y el cómo se ha desconectado de sus raíces. ¿Pero cuánto realmente ha cambiado, y cuántos de estos cambios han sido para mejor?

Cuando los chachareos en el gym con el asunto «tradicional vs moderno», parece obvio para mí que estas «advertencias», son dichas por algún practicante más vieja escuela que fue aporreado por alguno de la generación más joven. Aunque no tengo caballo favorito en esta carrera (las dos facetas del jiujitsu me fascinan), He entrenado jiujitsu por un tiempo suficiente como para saber que el cambio es real, un cambio que puede ser sentido no solo en el sentido de la competencia, sino en el coaching y la mentalidad del estudiante.

Para ayudar a lector a entender las diferencias entre el estudiante de la vieja y la nueva escuela, permíteme situarte al perfil de un estudiante común de jiu jitsu en los 90´s. La mayoría de nosotros entro en el mundo del jiu jitsu después de ver a Royce Gracie desmantelar a sus oponentes dentro del octágono (UFC 1 – 5). Éramos jóvenes y profundamente interesados en el arte marcial como método de defensa personal. La mayoría había entrenado, en mi primera academia, otras artes marciales, vívidamente recuerdo compañeros de entrenamiento, cintos negros de Karate Goju Ryu y Karate shotokan, un instructor de kung fu, boxeadores de Thai, algunos judokas, y más de algún guardia de locales nocturnos. Yo mismo había practicado Taekwondo durante un tiempo antes del bjj. Muchos de nosotros no sabíamos que existía una faceta deportiva del jiujitsu afuera de la jaula antes de inscribirnos, pero todos acogimos la competición y con ganas aprendimos el sistema de puntuación.

En cuanto a los profesores, el haber viajado y entrenado en diferentes lugares y ambientes, las clases, en casi todos los lugares eran estructuradas de forma distintas. Las clases pueden ser más duraderas, más de dos horas algunas, los derribos se usan como drills de calentamiento cada día, puños, patadas y trabajos de pies eran enseñado a veces (si! LOCO!). De hecho uno de mis profesores en ese entonces, me confidencio, que él no subiría de grados a más allá de azul a alguien que no supiera lanzar una combinación simple de un 1-2 de boxeo con un derribe adecuadamente.

La faceta deportiva, con gi, fue predominante, pero regularmente haríamos nogi o nos quitaríamos la chaqueta del kimono y haríamos «taparía», una especie de lucha con golpes de palma abierta y reglamento de MMA. Todo era divertido, no había roces, todo el mundo solo quería ser mejor peleador, y muchos se quedarían por largos periodos en cada cinto. La contracara de esto, la deserción era mucho mayor a la que hay hoy en día.

Aunque las competiciones son importantes en las academias que he visitado, no he sentido que los entrenadores se hayan desconectado completamente de la defensa personal del jiujitsu, hasta finales de la década del 2000, cuando el jiujitsu, como un deporte creció al punto de convertirse en el único interés de entrenadores y estudiantes por igual. Con las artes marciales mixtas (MMA), encaminándose a ser un deporte popular, estudiantes que querían mejorar en el área del combate se mudaban al MMA, mientras que ninguno de los interesados en el jiujitsu deportivo/grappling, se quedaba. Los estudiantes se convirtieron en personas que se interesaban en hacer deportes, hasta nosotros vimos que la Academia Gracie Barra cambiaba su eslogan a

«Jiujitsu para todos», un enfoque que contrasta con la antigua forma en que los grapplers que se enorgullecían de lo contrario.

Los finales del 2000 también coinciden con que el deporte hizo un esfuerzo gigantesco para emigrar de su país de origen, llevando a la oficina central de la Federación Internacional de Jiujitsu Brasilero (IBJJF) a los Estados Unidos, como también su mayor evento, el Campeonato Mundial. Con la migración de la mayor federación y campeonato del deporte hacia EE.UU. el enfoque de venta cambio. Ya no era un deporte marcial, sino, un deporte.

En un par de años el Jiu Jitsu se convirtió en «BJJ», uno de los deportes con mayor crecimiento en los Estados Unidos. Los eventos se volvieron más regulares y comenzaron a ser transmitidos en línea, esto significó una excelente noticia para muchos cintos negros que se encaminaban en vivir del jiujitsu, en lugar de emigrar al MMA como muchos lo hicieron en el pasado.

El crecimiento del deporte significo un mayor enfoque en movimientos específicos. Mientras que vimos muchos avances como la guardia cerrada (comienzos de los 80`s), Guardia De La Riva (mediado/finales del 1980), media guardia (comienzos de los 90`s), guardia araña(finales de los 90`s), etc. Muchas de esas innovaciones, con excepción de la guardia araña, tienen aplicación en la defensa personal, pero como el BJJ progreso, estas posiciones se volvieron más y más extremas.

Hoy somos afortunados de ver algunas mentes increíblemente creativas, siendo puestas a prueba, de resolver algunos acertijos llevados al grappling. Estas mentes han desarrollado algunas posiciones y movimientos que te quitan el aliento, desde el berimbolo, hasta llegar a un mundo nuevo de juego con la lapela.

La complejidad del juego ha alcanzado un nivel jamás antes visto, guste o no, es un hecho. pero lo que acerco a los hombres al jiu jitsu en estas 8 décadas, no fueron los complicados juegos de lapela, sino que era el hecho que este arte marcial probó que era superior a otros estilos de combates en el ring y adentro de la jaula. Hoy en día, con el aspecto del deporte siendo el 100% del curriculum del 99,9% de las academias, solo ayuda a pensar que el jiu jitsu ya no enseña a sus estudiantes a ser mejores peleadores y derrotar otros estilos, sino que se ha vuelto en contra suya. El doble jalón de guardia es una norma. En realidad, a menudo es enseñado por instructores con una insignificante cantidad de tiempo dedicada a los derribos. Esto es entendible. No se paga por aprender derribos, cuando no los necesitas en un ambiente competitivo.

Este artículo quizás puede ser visto como un intento de avergonzar el deporte y el estilo moderno de jiu jitsu, pero en realidad espero que no sea tomado como tal. Esa no es mi intención. Sigo el deporte más que la vasta mayoría de jiujiteros, es mi película de sábado por la noche, es mi novela de las 9, son mis noticias, es mi futbol de fin de semana. Amo ver cada lucha y poner atención a cada innovación que sale cada día. Yo hasta me siento impresionado de estos progresos y de las personas detrás de estas grandes técnicas. Sin embargo, me sigo sintiendo desanimado por el hecho de que esta todo dándose para el juego y menos para preservar al aspecto de la pelea del arte marcial en sí.

Si, la mayoría de los competidores de alto nivel en el bjj desmantelaría a un ser humano promedio en segundos, pero el promedio de los estudiantes no son atletas, y a ellos se les ha vendido la falsa seguridad. Para ilustrarlos un poco sobre mi punto, justo hoy vi a un atleta dedicado a full (cinto azul) haciendo un drill de un elegante berimbolo hacia la espalda desde un armar de la montada. Le pregunte, » porque estás haciendo eso cuando tienes el brazo?», me respondió, «porque encuentro difícil finalizar con un armbar»