MADURAR – Carta de una practicante de jiujitsu.

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Les compartimos una relfexion que nos enviaron, escrita por África Rebollero. Una nota que todos debemos leer para entender mejor una parte importantisima del jiujitsu,  el que practican las jiujitseras y lo que viven por ser minoría en el tatami.

He cambiado hábitos, valores, ideales, placeres y actitudes, entre otras muchas cosas. Pero la madurez necesita de un cambio… y para eso hace falta algo más que únicamente entrenar y entrenar. Hace falta algo y/o alguien que te haga parar para replantearte lo qué haces, cómo lo haces y porqué lo haces. Hace falta pensar, reflexionar y valorar (te).

Basta de soy mujer y este mundo es “dominado” por hombres, basta de inferioridades y menosprecios auto creados para excusarnos. Basta de soy mujer y hay cosas que duelen… Basta de hacernos creer que somos muñecas, de creer que somos alguien que no queremos ser, ni mucho menos, que somos.

Si más no, somos capaces de ignorar y apartar ciertos comentarios, podemos decir que el BJJ no está “dominado” por hombres, sino que está “predominado” por ellos en cantidad, pero dónde nuestro lugar como mujeres está más que creado y respetado. Y es que a ese que no le guste vernos en tatami, que no se sienta a gusto rodando con nosotras, que se fie demasiado en que no somos capaces de rompernos una uña o rompérsela a él (varias nos hemos roto) o esa que diga que parecemos “machotas” como si de algo malo se tratara… tenemos que decirles con la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja, que lo sentimos con todo nuestro corazón, que lo sentimos de verdad, porque no tienen ni puta idea de lo que el BJJ es.

Porque tenemos que ser capaces de creernos lo que somos y lo que podemos llegar a ser… porque las excusas que nos crean y nos creamos son piedras que caen a nuestras espaldas, sin saber que lo único que conseguimos así es infravalorarnos y limitarnos… y sí, somos autosuficientes y tenemos suficiente fuerza como para quitárnoslas solitas, pero ahorremos esa energía para otras cosas de más peso. Guardemos nuestras armaduras para salir a luchar, para dar lo mejor de nosotras en cada escape, para brillar cuando nos hagamos un moño y queramos seguir rolando… porque eso significará que no hemos tenido suficiente, que somos guerreras llenas de luz y orgullosas de lo qué hacemos, de cómo lo hacemos y con quiénes lo hacemos. Mantengamos esa energía para hacer algún que otro quejido si algo no nos sale, para levantarnos de rodillas si algo no va bien… de hacerlo con elegancia, respeto, honradez y humildad. Orgullosas de revolcarnos entre sudores, de quedarnos sin media cabellera (podríamos hacer pelucas con la cantidad de pelo que queda en el suelo…), de que los pintauñas no nos duren más de 10 minutos en tatami, de llorar si nos da la gana, de estar más o menos sensibles, de decir por dentro “no puedo más” y aún así, seguir. Satisfechas de llenarnos de moratones como si de la guerra hubiéramos salido, de decir que hemos entrenado con 15 hombres y tan sólo éramos 2 mujeres.

Y es que no tenemos que demostrarle a nadie lo que somos, lo que sabemos o dejamos de saber… eso es cosa nuestra y solo nuestra. Porque somos personas que rodamos con un mismo sentimiento… gozo y disfrute el BJJ, porque el BJJ no entiende de discriminaciones, de “no puedo”, de “no valgo”, de quién es más o quién es menos. Y es que quién implanta esas diferencias… somos los humanos, racionales (aunque a veces cueste creerlo) y sentimentales. No tenemos que luchar ni culpar a los hombres por algo que ya tenemos… porque ellos nos defienden, nos respetan, nos aprecian, nos ayudan como los que más… Y es que a más de uno, de dos, de tres y de diez tengo que darles las gracias por hacerme palmear, por qué me cueste hacerles sudar, por pesar y tener más fuerza que yo y aún así no sentirme menos que nadie, por qué a pesar de alguna que otra caricia bruta llevada en mi piel… sea capaz de no parar y seguir. Tengo que darles las gracias a esos hombres que ven con buenos ojos nuestros movimientos en tatami, que ven pasión y frustración en más de una ocasión. Les doy las gracias por los consejos, por hacerme creer lo que hago, por ponérmelo difícil en cada entreno, porque lo fácil aburre…

Y es que el BJJ es eso señores/as, es para todos. Y hoy puedo decir a mis casi dos años de entreno, que he madurado. Ahora entiendo con más exactitud esa frase de “El Jiu Jitsu cambió mi vida”. Simplemente lo he dejado fluir… sin saber que lo que me deparaba era mejor de lo que esperaba. Respeto, paz y amor. Oss.

África Rebollero.

Les dejamos amigos  un video tributo del jiujitsu femenil