Jiu-jitsu. Se tiene que estar un poco loco para llegar a cinta negra.

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Durante mi tiempo entrenando, he invitado a muchas personas con la ilusión de que las personas cercanas a mi, se vuelvan locos por el jiujitsu también, así viajar a torneos, seminarios y tener algo mas en común con esas personas que aprecio tanto. 9 de cada 10 nunca te harán caso, otros lo intentaran y te dirán, «no es lo mio» y regresan a su hobbie de preferencia. Claro, tu no te lo explicas, para ti puede ser el mejor descubrimiento en este mundo, la clave para ese balance perfecto en tu vida, tu escape para no volverte loco con la rutina y el estrés del día a día. El ajedrez humano carajo!

Trate de salirme de «la burbuja de jiujitsu» en la que vivo y me di cuenta que aunque en la academia encontramos a personas con distintos antecedentes, como nerds, músicos,  intelectuales, profesionistas, chicas, empresarios y hasta algún melandro rehabilitado, todos tenemos algo en común, tenemos el mismo tornillo flojo.

Recuerdo que cuando al fin convencí a uno de mis mejores amigos de entrenar jiujitsu (y hasta le regale un gi). Me platico de que si estaba entretenido eso de aprender técnicas, pero eso de luchar le parecía incomodo, le daba claustrofobia y se desesperaba, salia con la cara raspada, dolor en músculos que no sabia que existían y a veces lastimado, o simplemente temblando de cansancio…Un día hasta fiebre le dio. Cuando renuncio me dijo, «simplemente no lo disfruto, me pongo nervioso, lo sufro, yo prefiero levantar pesas y jugar racquetball. Si necesito defenderme un día, traigo un bate en el carro, se tirar los golpes básicos y hasta muerdo»

¿Porque muchas personas renuncian? Para empezar estamos en un arte donde «llegar a la cúspide» que es la cinta negra (que ya sabemos que te das cuenta que te falta tanto) te va a tomar una década en promedio o mas! Quien lo quiera hacer para presumir una cinta negra no llegara, bueno algunos se dan cuenta que con graduarse a azul es suficiente y se salen.

Vives con lesiones constantemente, aunque cuando entrenas te vuelves mas fuerte y ágil, tu cuerpo muchas veces esta mas y mas lastimado. Yo tengo ya como 3 lesiones crónicas, con las que viviré por siempre, probablemente vaya a sumar mas con el tiempo, pero como decía el famoso personaje «El ferras» LO PAGO.

Siempre vas a apestar.  Para quienes son competitivos, hay deportes de pelota en los que si juegas constantemente en un tiempo y te puedes volver «bueno», no a nivel profesional, pero puedes ya jugar con algún equipo y ser una pieza clave, dependiendo tus atributos, hasta pueden ser los campeones del barrio. En el jiujitsu siempre vas a apestar, sobre todo como cinta blanca, te va a ganar el tipo mas avanzado que tu, aunque este pese mucho menos, te va a ganar la chica con experiencia, y no se diga tu profesor si tiene ganas de darte una amoldada…a la gente eso puede desesperarle. A veces es un problema de ego, otras es simplemente falta de paciencia. Así pasen 5 años y entrenes a diario, sun día seras el martillo y otro el clavo.

Si te vuelves buenísimo no hay dinero! Es una triste realidad, pero el jiujitsu aunque entrenes como profesional, es un arte o deporte amateur. Solo el 2% de los practicantes puede vivir del jiujitsu y menos del 1% puede comprar una casa con lo que gana de patrocinadores (sin ser dueño una academia)

La cercanía física es incomoda. Solo imagina un día a 40 grados centigrados, estas luchando contra alguien de 100kg, te logra montar y te pone todo el peso encima, para tu suerte no tiene una rash guard, así que te toca tragar un par de pelos del pecho, te cae parte de su sudor en tu ojo, no te puedes escapar y volteas a ver el reloj y quedan 3 minutos todavía…los 3 minutos mas largos de tu vida.

Bueno puedo seguir así y seguir dando una lista del porque la gente normal no se queda, pero te dire porque tu y yo nos quedamos. En el jiujitsu hay una hermandad muy especial, puedes mandar un mensaje a una academia que nunca haz ido, decir que quieres llegar a entrenar y te recibirán con gusto, si no tienes donde quedarte o hasta te ofrecerán el tatami o su casa. Es una comunidad muy unida (claro con sus discrepancias y política que siempre habrá). Llegas después del trabajo o escuela cargado de problemas, entrenas y convives con gente con la que normalmente no hablarías en la calle, sin ninguna barrera por por forma de vestir, sus creencias políticas o religiosas, color de piel o nivel socio económico, lucharan con todas sus fuerzas, se estrangularan, y al terminar el round le darás la mano y darás las gracias. Sales de la clase sin ese estrés, con mente clara, con algo nuevo aprendido en el arte infinito del jiujitsu. De paso, te hace una persona mas fuerte mentalmente, mas humilde y mas perseverante.