La maldición del cinturón azul.

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Exploremos a profundidad las causas del abandono mas frecuente en el BJJ.

Nota: Juan David Cárdenas
Ilustraciones: Dacha Mansur

Tiempo de Lectura: 4 min.

La primera vez que escuché la expresión fue en el año 2013 cuando, siendo aún faixa roxa, mi profesor la mencionó mientras conversaba con algunos de sus alumnos. En esa época me pareció gracioso y simplemente no le di importancia, pero con el pasar del
tiempo me fui percatando de cómo más y más compañeros de entrenamiento iban abandonando el Jiu Jitsu al poco tiempo de recibir su anhelado cinturón azul.

La maldición era real.
Hacer estadísticas al respecto es una tarea titánica ya que constantemente se abren nuevas academias a lo largo del planeta y
diariamente ingresan nuevos practicantes al arte suave. Sin embargo en la literatura del BJJ vamos a encontrar algunos datos, que si
bien no son exactos, los considero bastante cercanos a la realidad.

Más de un 40% del total de los abandonos ocurre en el cinturón azul, seguido por un 30% en el cinturón blanco. Esto significa que casi
la mitad de las personas que dejan de entrenar Brazilian Jiu Jitsu, lo hacen siendo portadores del cinturón azul.
Cuando un estudiante es principiante, es cinturón blanco, se encuentra ávido de conocimiento y es curioso con la técnica. Es atrevido
a la hora de luchar porque finalmente no tiene nada que perder. Si su contrincante lo somete 10 veces en 1 round de 5 minutos, no hay ningún problema porque finalmente es un cinturón blanco que está en proceso de aprendizaje y nadie espera mucho de el.
El principiante no tiene nada que demostrar.


Sin embargo al pasar al cinturón azul ocurre un fenómeno muy particular: Ya no es más un principiante y sobre sus hombros el propio
alumno coloca una carga emocional enorme. Cree que debe demostrar ser superior, cree que no puede ser sometido, cree que no
puede perder. Especialmente si se trata de sus colegas cinturones blancos.
Sumado a esto empieza a recibir mas presión a la hora de luchar ya que los cinturones blancos de 3 y 4 grados lo quieren “cazar” y por
otro lado los cinturones de color, que antes lo trataban con suavidad, ahora no le perdonan nada.

Ilistracion de @dacha_mansur_art

Todo lo anterior le genera gran tensión a la hora de entrenar y la práctica en si deja de ser placentera, lo cual empieza a abrir la puerta de escape: Dejar de entrenar.


Otros cometen el gravísimo error de tomarse unas vacaciones del entrenamiento. En comparación con otros artes marciales, la jornada hasta el primer cambio de cinturón en el BJJ es demasiado larga. Alrededor de 2 años. Razón por la cual algunos deciden ausentarse un tiempo para descansar. Lo que no saben, es que al regresar se encontrarán con unos cinturones blancos bien entrenados, ya que nunca pararon y que están ansiosos por recibir su cinturón azul, sumado a la perdida de cardio, fuerza y timing ocasionada por la fatal ausencia.

En resumen, cuando el alumno regresa se lleva una sorpresa. Sus compañeros saben nuevos trucos y ya no se siente tan avanzado
como cuando fue graduado. Se frustra y esto abre aún mas la puerta de la posibilidad de abandonar.


El cinturón azul es el punto mas importante en la carrera del BJJ. Es el escalón donde el practicante expande su mente, donde se
incorporan más técnicas al arsenal, donde se desarrolla un estilo personal y se generan tendencias, donde se adquiere el
entendimiento abstracto de los conceptos. Es el escalón donde el alumno explota y florece.


Es una lastima que las personas abandonen el camino en este punto y nunca lleguemos a conocer el potencial que tenían guardado.
Desde mi óptica personal, creo que el talón de Aquiles de todo este asunto es la falta de humildad. Debemos entender que en el tatami somos todos iguales, estamos todos allí para aprender. No debe ser motivo de preocupación que un compañero menos graduado nos pase la guardia, nos tome la espalda o incluso nos someta. Por el contrario, debemos agradecer que tenemos buenos colegas de entrenamiento que nos muestran nuestras fallas y debemos mejorar a partir de allí.


Entrena siempre como si no tuvieras un cinturón y como si tu compañero tampoco lo tuviera. No te dejes alcanzar por la maldición.