YA ME CONVENCÍ QUE NO ERES NORMAL

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Una amiga que mas bien lo suyo es el Yoga, tiene poco que empezo a entrenar jiu-jitsu pero rápidamente y como muchos de nosotros ya se envicio. Nos compartió este pensamiento que probablemente algun@s se pueden ver identificados.

Hace unos días mi madre finalmente compartió algo abiertamente conmigo que yo ya sabia. De la nada me dijo, «Ya me convencí de que no eres normal.» Supe inmediatamente cómo es que había llegado a ésta conclusión pero aún así le pregunté. «Parece una lona» me dijo. «¿Apoco te puedes mover en éso? Está pesado!» Se refería a mi kimono el cuál ese día ella había tocado por primera vez.

Normal; Que lleva a una persona tener aspiraciones de ser regular o común? Que tipo de persona prefiere la mediocridad a lo excepcional?

Sus comentarios provocaron varios pensamientos y resultaron en las siguientes observaciones…

Llevo poco entrenando jiu jitsu. Mi nivel de entendimiento es profundamente limitado. Es más, la complejidad del arte parece aumentar conforme voy aprendiendo de él. El sistema por el que el deporte se alimenta, se envuelve y se desarrolla, es uno que me deja completamente perpleja. Mas, aún sabiendo esto y estando perfectamente consciente de mi lista infinita de desventajas, hasta ahora jamas me ha invadido algún sentimiento negativo o desalentador. Al contrario, quiero más! ¿pero por que? Hay algo; que sigo sin poder señalar como la razón principal de mi deseo de aprender jiu jitsu, que me llena de tranquilidad cuando estoy alli en plena batalla. Es extraño, cierto, pero el acto de expender tanta energía en tan poco tiempo (relativamente hablando) crea una combinación de sensaciones muy peculiar e irrevocablemente adictiva. Pero no sólo son esos rounds de cinco minutos los que me generan esto. Es sin duda alguna también todo lo que precede a esos pocos minutos de intensidad amplificada.

Creo que es común que cuando alguien que no sabe nada de jiu jitsu piense en el deporte surjan palabras como disciplina, defensa personal, deporte de contacto, control… pero creo que una de las cosas que más me atrae a este tipo de aprendizaje es el aspecto de la vulnerabilidad. Me atrevo a decir que la mayoría de la gente que conozco le teme a ser expuesto, a perder el control de una forma u otra, a ser imperfecto, a decepcionar o a no satisfacer las expectativas. Y no lo niego, ni escondo, ni omito – yo era una de esas personas que existía perpetuamente temiéndole al fracaso. Y no digo que ya he perdido todo el miedo. La diferencia es que ahora el miedo no me reta, yo lo reto a él. El proponerte y permitirte buscar algo fuera de todo lo que en el transcurso de la vida has aprendido, particularmente si es algo que te atemoriza, es una buena señal. Pero para dar ese salto y embarcarte en un viaje donde el itinerario lo creas tú tienes que estar dispuesto a adueñarte de tus decisiones (resulten buenas o no tan buenas) y eso exige un cierto nivel de madurez emocional.

A lo que voy es que sospecho que para muchos ser vulnerable significa ser débil y estar constantemente en un estado de inferioridad, descontrol y desventaja. Yo lo veo de otra forma. Para mí, la valentía y coraje que se requiere para llegar a un compromiso contigo mismo y poder desencadenarte de tus temores dice mucho de una persona. El desafió está en proponerte llegar a identificar y aceptar tus debilidades y no muchos se sienten cómodos con esa idea. Hoy en dia hay mucho mas enfoque en lo que ya sabemos hacer bien y no tanto en las otras areas no tan extensivamente exploradas donde claramente existe mucho mas campo para expandirnos.

Creo que es ahí precisamente donde la perspectiva de cada quien juega de forma clave una pieza esencial en nuestra actitud, comportamiento, y desarrollo, y no solamente en cuanto al jiu jitsu se refiere. Nuestra manifestación física y visual en este mundo siempre es un reflejo directo de nuestra actitud interna. Es, por lo menos para mí, algo inevitable y que fácilmente se puede observar en otros.

Normal. Eso es algo que no fui jamás. Pero no es culpa de mi linda madre el que no se haya dado cuenta hasta ahora. Fui yo, en el momento en que decidí no robarme de experiencias de calidad por temor al temor, quien finalmente permitió que ella me viera. Ésta vez sin la protección del muro de mi ego.

Humildemente, Karelly Quintero.
Foto BJJ Photography – Rodando por el mundo